martes, 16 de marzo de 2010

D. Narciso Bonamich

       Este médico de origen catalán, curso sus estudios de  medicina en Alcalá de Henares, y una vez finalizados pasó a desempeñar su profesión como médico titular de Villarejo de Salvanés.
Escribió  algunos discursos o duelos médicos, contra la obra escrita por el padre Fray Benito Feijoo denominada “teatro crítico” y contra la obra del monje cisterciense Fr. Antonio Rodríguez denominada “palestra médica”, rebatiendo los de estos que acusaban a la ciencia médica.
Este ilustrado y celoso médico, conociendo los incalculables perjuicios que podrían irrogarse a la humanidad si se dejaban correr libremente las temerarias proposiciones del padre Feijoo, tanto más cuanto que estaban autorizadas por un nombre de reconocida celebridad, trató de oponer con su obra un dique a tan ilustre escritor, haciendo ver que sus opiniones médicas, ni llevaban el sello de la imparcialidad, ni menos se ajustaban a las estrictas leyes de la razón, y de una sana lógica.
Cuando estaba próximo a dar los escritos a la imprenta le sobrevino una terrible enfermedad. Los habitantes del pueblo se reunieron, y cual si fuera para orar a Dios para que les enviase el agua a sus campos, hicieron rogativas públicas para que le concediese la salud. Murió el 26 de Mayo de 1741. Este día fue de luto y de lágrimas para el pueblo, y deseando este dar un testimonio de su gratitud a la viuda, le señalaron una pensión vitalicia pagada de los fondos de la villa. En su féretro se leía el siguiente elogio escrito por su hermano D. Rafael, religioso franciscano.
Décimas:

Al marchitarte, Narciso,
en la hora de un momento,
diste al sabio documento,
y a la juventud aviso:
viviste en flor lo preciso;
y al dar el fruto fecundo,
fatal soplo furibundo,
de oíros progresos pirata,
envidioso te arrebata,
antes de verlos, el mundo.
Saliste a este mundo flor,
(En ser Narciso se ve);
y al salir al mundo, se
percibió tu buen olor:
flor te secaste al ardor
de una fiebre (¡fiero azar!);
mas no pudo marchitar
la memoria de tu ser.
Que inmortal se deja ver
en obra tan singular.
Pero ¡oh, que en breve te vas!
que ave aligera y veloz,
cuando se esparce tu voz,
ya el vuelo valiendo estás:
quedó tu fama no más,
que llegó a sustituir
en tu ausencia; y al huir
nadie lince pudo ser,
que ave te llegase a ver,
aunque más le llegue a oír.
Una pluma (¡qué rigor!)
al cisne le haces cantar,
cuando está para espirar;
pero al fin muere cantor:
canta a fuerza de dolor,
del cual llega a fenecer:
a este quieres parecer,
cantando cisne al morir;
pues con pluma al escribir,
cantas para perecer.
Cinco lustros no contaste
cuando este empeño emprendiste:
llegó tu fin, fin le diste,
y tu gloria al fin cantaste:
con la muerte coronaste
la obra que el lauro eslabona
a tu fama, y te pregona
(Porque al orbe luto asombre)
inmortal en tu buen nombre,
Que el fui las obras corona.




Doña Rosa Vázquez, esposa del doctor Bonamich publicó en su nombre la obra denominada “Duelos médicos, contra el teatro crítico del reverendísimo padre Fray Benito Feijoo y contra la palestra médica del padre Fr. Antonio Rodríguez”. Madrid 1741.
El autor dividió su obra en siete duelos o discursos, de los cuales consagra uno a rebatir las ideas del padre Feijoo, y los otros últimos contra las del padre Rodríguez.
En el prólogo prueba la excelencia y necesidad y beneficios de la medicina.
En el duelo l.° demuestra la falsedad de la opinión de aquellos que dudaban de la eficacia de la medicina. Demuestra la inexactitud de la proposición asentada por el padre Feijoo, que dice.. Todo en la medicina está disputado, luego todo se ignora. Hace ver que no es lo mismo disputarse una cosa que ignorarse.
En el duelo 2.° dirigido como los restantes a combatir la Palestra médica del P. Rodríguez, tiene por objeto manifestar que el médico, para curar los males con acierto, puede prescindir del conocimiento a priori de las causas que los determinaron, siendo suficiente que sepa evaluar los resultados que haya dado de sí una constante observación y una larga experiencia.
En el 3.° prueba contra la opinión del padre Rodríguez, que la división de la medicina en fisiología , patología, semeyótica, (estudio de los síntomas  o signos subjetivos de una enfermedad para dar un diagnostico) terapéutica, etc. era absolutamente necesaria para conocer y dirigir las enfermedades con acierto.
En el 4.° prueba contra el padre Rodríguez la utilidad de la sangría.
En el duelo 5.° habla de las calenturas en general.
En el 6.° se esfuerza en probar contra la opinión del padre Rodríguez, las ventajas y utilidades de los experimentos químicos en la medicina.
Eu el 7.° Demuestra los mismos extremos respecto a los anatómicos.
La obra de BONAMICH, es de las que mejor han defendido las ventajas y beneficios que produce la medicina, y que al mismo tiempo ha combatido victoriosamente las sátiras y vilipendio de sus detractores y demuestra a la vez las ventajas que reporta a la sociedad, la tan espinosa como sublime ciencia de curar.

Fuentes: Anales históricos de la medicina en general: y biográfico, Volumen 3, impreso en 1848, escrito por  D. Anastasio Chinchilla.
Historia bibliográfica de la medicina española, Volumen 7, escrito por Antonio Hernández Morejón.

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